Los gamers tienen una gran ventaja sobre otros usuarios: sus equipos son tremendamente versátiles, capaces de ejecutar el último videojuego del mercado a la máxima calidad pero también de reproducir películas a gran resolución, navegar por decenas de pestañas a la vez, o abrir y editar documentos de gran peso con los que otros ordenadores sudarían. Un equipo gaming trae consigo un conjunto de beneficios para el día a día de cualquier usuario que hacen que muchos vean estos ordenadores como los todoterrenos de la informática del siglo XXI.
¿Qué es un equipo gaming?
El concepto de gaming lleva muchos años revoloteando entre la sociedad, cada vez con más fuerza y vigor: la cada vez mayor relevancia de los videojuegos como elemento social ha hecho que ganen enteros dentro del entretenimiento.
Cada vez jugamos más, y por supuesto el mercado se adapta a este nuevo contexto. Los fabricantes, conscientes de la tendencia, han ideado nuevos productos pensados para el mercado gaming en los que tanto su estética como sus características están dirigidas hacia los gamers.
Un equipo gaming es un ordenador pensado para jugar. Su construcción, estructura y tipo de componentes no difiere de la de cualquier otro ordenador: procesador, memoria, almacenamiento, gráfica, chasis… y por supuesto otros periféricos y accesorios, imprescindibles en los ordenadores modernos.
La diferencia entre un equipo gaming y un ordenador convencional radica en dos cuestiones. Por un lado está la estética, mucho más atractiva y llamativa en el aspecto visual. Colores y luces suelen inundar cualquier equipo gaming, incluyendo tanto los los chasis (sean portátiles o sobremesas; buen ejemplo de esto sería el OMEN Obelisk) como los periféricos (teclados como el OMEN Encoder, ratones como OMEN Photon Wireless o incluso alfombrillas avanzadas como OMEN Outpost destacan por su diseño y acabados).
Por otro lado, la que sin duda alguna es la gran virtud de los equipos gaming es el rendimiento: sus componentes y características están pensados para satisfacer la máxima carga que necesitan los juegos más potentes, de forma que cualquier aplicación y programa «más común» simplemente volará.
Pero no adelantemos acontecimientos. ¿Cómo podemos beneficiarnos en el día a día con un equipo gaming?
La velocidad
Hablábamos antes que una de las grandes virtudes de un equipo gaming es su velocidad, necesaria para ejecutar los últimos juegos del mercado. Todos los componentes de un ordenador para jugar están pensados para proporcionar una velocidad sobresaliente. Buen procesador, buen almacenamiento, mejor tarjeta gráfica, e incluso en ocasiones tarjetas de red específicas que son capaces de trabajar con mayores velocidades.
La velocidad y el rendimiento están íntimamente ligados con los componentes que utiliza un equipo gaming, claro. Procesadores más rápidos y con más núcleos, almacenamientos vertiginosos o ingentes cantidades de memoria RAM repercuten en cualquier otra aplicación o programa que vayamos a utilizar: páginas web que se descargan y muestran todavía más rápido, archivos que se copian a mayor velocidad, o incluso aplicaciones que se abren, ejecutan y devuelven resultados al instante.
Equipos como el OMEN 15 cumplirán con las más elevadas expectativas gracias a sus especificaciones técnicas —procesadores Intel Core i7 de novena generación, gráficos NVidia GeForce® RTX 2070 Max-Q, almacenamiento NVMe y hasta 32GB de memoria RAM DDR4—. Pero también podemos aumentar el partido que sacamos a estas prestaciones si contamos con periféricos, accesorios y complementos que estén a la altura de las circunstancias.
Sin ir más lejos, un ratón como el OMEN Photon Wireless Mouse elimina los cables sin perder un ápice de rendimiento. Tiene una respuesta a la altura de un mouse con conexión por cable y un diseño ergonómico que hace que las largas horas frente al PC no redunden en incomodidad o molestias.
La calidad
Podríamos dar muchas definiciones de lo que un usuario puede entender por ‘calidad’, aunque nos centraremos en una de ellas: la calidad de imagen, absolutamente imprescindible cuando de entretenimiento digital se habla.
Un equipo gaming suele utilizar las últimas novedades referentes a la pantalla, que no vive solo de tamaño: para aportar la máxima calidad también hay que hablar de resolución y frecuencia de refresco son las principales.
La resolución es el concepto más simple: a mayor resolución, mayor número de píxeles y por lo tanto mayor detalle podremos observar. Ahora mismo se llevan las pantallas 4K UHD, que ya son un estándar en el mundo gaming más avanzado.
La frecuencia de refresco se refiere al número de imágenes que la pantalla es capaz de mostrar por segundo. Cuanto mayor, más fluidez, siendo ahora bastante común que un equipo o un monitor gaming alcancen los 120, 144 o incluso 240 Hz. Esta característica es de las más valoradas entre los expertos, y como referencia el OMEN 15 es uno de los que ofrecen pantallas de 144 Hz mientras que el OMEN X 2s sube hasta los 240 Hz. Esto no lo apreciaremos únicamente jugando, sino que veremos claramente una notable mejoría cuando estemos viendo una serie o una peli en nuestro portátil.
También el panel es importante, pues existen diferentes tecnologías: TN, IPS o VA son algunas de las más importantes, y que según la elegida ofrecen una mayor gama de colores y mejores ángulos de visión.
Por último, no nos referimos únicamente a portátiles. Los monitores gaming son cada vez más apreciados al ser uno de los elementos más importantes con los que interactuamos. Es esencial que la pantalla sea buena para que la experiencia sea la mejor, y los números hablan por sí mismos: un monitor gaming como el OMEN X27i ofrece 27 pulgadas de tecnología IPS, 165 Hz y certificación DCI P3 98% con la que disfrutarás tanto en los juegos como fuera de ellos.
La experiencia
Jugar es más que jugar: es una experiencia completa que comienza cuando inicias el juego y termina cuando lo cierras. Incluye ver, tocar y oír en diferentes momentos, diferentes sensaciones que en su conjunto conforman la experiencia.
Por ejemplo, muchos usuarios instalan sistemas de iluminación de fondo para conseguir un entorno mucho más atractivo, mejorando así nuestra experiencia, o hacen grandes desembolsos en sillas carísimas. También es importante que tus oidos estén a salvo con el mejor sonido, por ejemplo con auriculares como los OMEN Mindframe Prime con sonido envolvente 7.1 integrado. Cualquiera de estas características experienciales repercutirá a cualquier otro uso que le des a tu PC.
La comodidad
Y terminamos con un aspecto que cada vez valoran más los usuarios. Precisamente los gamers, que habitualmente pasan largas jornadas frente al ordenador, necesitan estar cómodos. Nadie mejor que ellos saben encontrar un entorno confortable en el que sentirse a gusto.
Hablábamos antes de la silla, que sería un gran ejemplo con el que empezar este apartado. Pero también periféricos como el ratón, que cada vez es más ergonómico y potente —como el OMEN Photon Wireless Mouse del que hablábamos antes— o el teclado, donde el OMEN Encoder con su tecnología mecánica (en dos versiones, Cherry MX Red o Brown) abren las puertas a una nueva experiencia en cuanto a tecleo, tremendamente diferente a la que podíamos tener previamente con alternativas de membrana.
¿Teclado? ¿Ratón? La alfombrilla es otro elemento indispensable para sentirse verdaderamente cómodo frente al ordenador, y algunas de ellas incorporan además funcionalidades extraordinarias. ¿Sabías que puedes cargar tu teléfono si lo posas sobre la alfombrilla? Esto puedes hacerlo con modelos como la OMEN Outpost, que además de cómoda y ligera incorpora un espacio con cargador inalámbrico Qi para tu smartphone.
Imágenes | OMEN by HP