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Los gamers no son usuarios convencionales. A la hora de comprarse un equipo, analizan detalladamente la configuración para elegir aquel que les brinde ese plus de rendimiento capaz de marcar la diferencia entre una derrota y una victoria. Buscan agilidad, potencia y precisión. Procesador, memoria, tarjeta gráfica, sistema de almacenamiento o refrigeración han de estar a la altura de las circunstancias, por lo que PCs especializados como el OMEN 30L se convierten en sus objetos de deseo.

Se trata de ordenadores con componentes seleccionados y diseñados para que los juegos funcionen con total fluidez. Sin embargo, dejan margen para que los usuarios los tuneen más allá de sus valores de fábrica y alcancen el máximo de sus posibilidades. En este artículo, vamos a mostrar paso a paso cómo optimizar ese OMEN 30L para que tus juegos vuelen y lo haremos, sobre todo, recurriendo al overclocking de microprocesador y tarjeta gráfica.

Pero antes de empezar a forzar componentes, habremos de conocer qué configuración tenemos en el equipo, cómo modificar algunos parámetros en el inicio del sistema operativo para que sea más ágil y qué herramientas software nos pueden ayudar a optimizar el rendimiento del ordenador. A continuación, nos pondremos manos a la obra elevando el rendimiento de CPU y GPU.

Además, veremos cómo gestionar el tráfico de datos en la red para priorizar los juegos. Y dedicaremos un apartado a recordar la importancia de mantener los controladores del PC actualizados, así como los juegos, que también deberán estar correctamente configurados para adaptarse a las prestaciones de nuestro equipo. Finalmente, comprobaremos la estabilidad del sistema con todos los cambios aplicados. Pongámosnos en acción.

1. Conoce tu equipo con todo detalle

Lo primero y más importante es tener claro qué componentes integra el equipo. En nuestro caso, tenemos un procesador Core i9-10900K a 3,7 GHz de 10 núcleos, 16 GB de RAM, unidad SSD de 512 GB NVMe, 2 TB de disco HDD, así como una tarjeta gráfica GeForce GTX 1660 Ti con 6 GB de RAM dedicada. Al conocer qué tenemos entre manos, podemos plantearnos qué estrategia seguir para mejorar sus prestaciones.

Para que el rendimiento en juegos sea óptimo, es especialmente relevante el disco SSD, que agiliza la carga de los juegos, su instalación, así como el guardado de partidas. Del procesador conviene saber que no es tan esencial que tenga muchos cores como que permita que estos funcionen a velocidades elevadas. En cambio, la tarjeta gráfica define qué tipo de juegos y qué resolución podremos disfrutar.

La GTX 1660 Ti es la hermana pequeña de la RTX 2060 de Nvidia. Se encuentra en un segmento de gaming 1080p, suficiente para mover gráficos con buena calidad y detalle a tasas de frames jugables de 60 fps.

2. Haz que Windows responda al instante

Igualmente, antes de instalar los juegos o jugarlos, tenemos que pasar por el sistema operativo. Aunque con un equipo tan poderoso como el OMEN 30L no sea decisivo, siempre podemos eliminar servicios y aplicaciones que lastren el arranque.

Para acceder a la configuración de servicios, escribiremos «msconfig» en la barra de búsqueda. Es útil marcar la casilla «Ocultar todos los servicios de Microsoft» para decidir si queremos o no que, por ejemplo, se ejecuten los servicios de Chrome. En la siguiente pestaña, también podemos elegir qué programas se inician con el sistema para evitar que los que se lanzan en segundo plano consuman ancho de banda.

Otro apartado que vamos a tocar es el de las actualizaciones de Windows, desde la configuración de Windows Update, siguiendo la ruta Opciones avanzadas->Optimización de la distribución->Opciones avanzadas. Copia los datos de la captura adjunta para que el sistema no dedique más que el 5 % del ancho de banda a las descargas.

3. Descubre las mejores herramientas

En tercer lugar, es imprescindible saber qué software nos va a acompañar mejor en este viaje. Como avanzábamos al principio, cuando hablamos de tunear, básicamente nos referimos a la modificación de los parámetros de funcionamiento del microprocesador, la tarjeta gráfica y la memoria. Lo que se viene en llamar “overclocking”.

El OMEN 30L integra componentes de hardware que facilitan aumentar su rendimiento de forma segura. Además, tenemos a nuestra disposición una herramienta muy versátil y potente: el software OMEN Gaming Hub. A través de ella, tendremos la oportunidad de realizar la mayor parte de las tareas de tuneado.

También podemos usar otras, como CPU-Z o EVGA Precision X, además de realizar pruebas de rendimiento con 3DMark, de UL Benchmarks. CPU-Z monitoriza parámetros del sistema, brinda información y admite la realización de tests de rendimiento. Con EVGA Precision X, podrás modificar la velocidad de reloj de la tarjeta gráfica y con 3DMark, evaluar el rendimiento gráfico de un equipo.

4. Overclocking de la CPU: OMEN lo pone fácil

El overclocking de la CPU es el primer paso para exprimir al máximo el PC en juegos. La forma de hacerlo con un OMEN 30L es usar la herramienta incluida en OMEN Gaming Hub. Podremos hacer ajustes manuales o bien dejar que el propio software pruebe qué parámetros se pueden mejorar comprobando la estabilidad del sistema.

Es un proceso que requiere de algunos minutos y algunos reinicios. Pero el resultado será estable y fiable. Si queremos arriesgar, podemos usar el control manual.

Recuerda que es conveniente ajustar la refrigeración al máximo para que el overcloking sea todo lo efectivo que puede llegar a ser. Aunque eso suponga que tengamos que escuchar a los ventiladores de un modo evidente. Es el precio del rendimiento. La propia herramienta OMEN Gaming Hub integra el control de los ventiladores.

5. EVGA Precision X: overclocking de la GPU

La GPU también puede manipularse. De hecho, es interesante que lo hagamos si queremos apurar algunos frames más en nuestros juegos. Para ello, usaremos utilidades como EVGA Precision X, un clásico repleto de opciones para que la gráfica funcione a nuestro gusto.

EVGA Precision X permite modificar los parámetros de la tarjeta gráfica con facilidad.

Básicamente tocaremos la velocidad de reloj y la memoria. Cada GPU tiene sus márgenes de overclocking. Es cuestión de probar y ver cómo de estable es el equipo. Si vemos que los juegos se “cuelgan”, bajaremos la velocidad de la memoria de vídeo y/o el chip gráfico. Nosotros hemos subido la velocidad de reloj 185 MHz y la de la memoria unos 1.092 MHz. Con ello, en FurMark hemos conseguido mejorar el rendimiento de forma clara, pasando de 93 fps a 104 fps en la prueba de rendimiento a 1.080p.

FurMark sin overclocking: 93 fps.

Igualmente, subiremos algunos frames la tasa mínima, que es la que suele dar problemas y provocar esos “tirones” en el juego. En ‘Metro Exodus’ con calidad Ultra a 1.080p conseguimos arañar algunos frames también en media (casi 4 fps).

FurMark con overclocking: 104 fps.

6. La red: mejor con prioridad para los juegos

Otra variable que es importante tener controlada es la de la conexión de red. En los juegos donde la parte online es relevante, el tráfico de red importa de cara a que la experiencia sea fluida y ventajosa frente al rival. De poco vale tener un megaequipo si en la conexión de red estamos sufriendo retardos a causa de otras tareas y actividades que estemos desarrollando en segundo plano.

Esta circunstancia está prevista en el software OMEN Gaming Hub, donde encontramos un apartado para optimizar el uso de la red en escenarios gaming. De este modo, los juegos recibirán un trato prioritario sobre otras conexiones de internet.

Tenemos a nuestro alcance un modo automático, pero también es posible definir las prioridades de forma manual.

7. Mantén los controladores y los juegos actualizados

Los controladores del equipo son claves para que el ordenador funcione al máximo de sus posibilidades. Especialmente tenemos que tener presentes los controladores gráficos, de sonido y el firmware.

En la página de soporte del fabricante encontraremos todos los drivers de nuestro PC. Y, en las actualizaciones del sistema, también deberías tener notificaciones de disponibilidad de updates OTA (Over The Air o actualizaciones inalámbricas) para aceptarlas o rechazarlas si el momento es inoportuno.

Por otro lado, resulta muy útil que actualices los juegos con los parches más recientes. Los desarrolladores suelen lanzar updates a las pocas semanas o meses de que el juego esté en el mercado para optimizar su funcionamiento.

8. Configura tus juegos

Como decíamos antes, las tarjetas gráficas definen hasta dónde podemos llegar con un título. En aquellas situaciones donde experimentes algún tirón, trata de ajustar a la baja parámetros de calidad o de detalle como el aliasing o la calidad de las texturas hasta que experimentes la fluidez adecuada.

En nuestro caso el gaming a 1.080p con detalles altos o máximos va bien. El monitor, si es 4K, tendrá que quedarse en 1.080p.

9. Comprueba la estabilidad

Una vez que hayas definido los parámetros de overclocking, puedes usar programas para “estresar” el equipo y ver si se comporta de forma estable, sin cuelgues. El software FurMark lleva a la GPU al máximo posible de su rendimiento, por lo que, si hay problemas de estabilidad, saldrán a relucir. Si es así, ajusta a la baja la frecuencia de la memoria y/o del chip gráfico.

Bonus: elige una configuración con Optane para acelerar el HDD

El OMEN 30L es compatible con la aceleración mediante memoria Optane. Es una tecnología de Intel que permite hacer que una unidad HDD se comporte de un modo similar, frente al sistema operativo, a como lo haría una unidad SSD.

Si instalamos varios juegos de más de 100 GB o incluso más, el espacio disponible en un SSD de 512 GB o 1 TB será limitado, así que el HDD es la solución. Con Optane, la velocidad de transferencia y acceso para la mayor parte de los casos será tan rápida como en un SSD, pero con la ventaja de tener 2 TB de capacidad a un precio óptimo.

Podemos comprar la memoria Optane por separado e instalarla en la ranura M.2 libre del OMEN 30L o elegir una configuración que ya venga con esta memoria.

El equipo bajo control

El punto de partida que ofrecen los PC gaming como este OMEN 30L es más que correcto. Pero los gamers encuentran en la personalización del equipo una satisfacción solo comparable a la de la puesta a punto de un motor en un coche de carreras.

OMEN deja este apartado en manos de los usuarios con un grado de maniobra muy amplio gracias a la elección de componentes de calidad y a una fabricación precisa donde elementos como la fuente o la refrigeración no dan lugar al error.

Las herramientas de OMEN son un punto de partida muy logrado, aunque siempre tendremos la opción de usar otras según nuestro criterio.