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League of Legends (LoL) es un juego muy complejo. Sí, fans de Dota 2, el juego de Riot también tiene su complicación.

Solo hay que preguntar a cualquier novato cómo está soportando esas inmisericordes primeras horas de juego en las que no sabemos ni lo que está pasando delante de la pantalla y pensamos que Nasus es un buen support.

La enorme cantidad de campeones, habilidades, sinergias, counters, objetos, temporizadores y todo eso que debemos grabar a fuego en nuestros sesos da lugar a una marabunta de mecánicas que se antoja prácticamente inabarcable para el iniciado en esto de los MOBAs.

Y hay un elemento en particular que tenemos que comprender, estudiar y manejar a la perfección, pues es el principal engranaje que hace funcionar el complejo mecanismo de precisión que es el LoL.

El oro.

Primera lección

El oro es la moneda de LoL. Con él compramos y vendemos los objetos de nuestros campeones para hacerlos más poderosos.

Y a más objetos, más daño, más vida, más maná y más de todo. Por tanto también más posibilidades de ganar una partida.

Aunque no son el único factor determinante, son los objetos (y por ende el oro) los que hacen que la balanza se decante por uno u otro equipo. Y eso lo convierte en la primera y más importante lección a la hora de aprender a jugar a League of Legends.

 

Hablando de primeras, ¿sabéis lo que es la primera sangre?

La primera sangre es, como su nombre indica, la primera muerte de la partida. Buscarla puede ser una estrategia recomendable en según qué contextos. Si estás jugando con amigos y os coordináis por voz, por ejemplo, o si tu equipo invade la jungla enemiga y se encuentra a un enemigo despistado.

Y es que ya se sabe, si no te fías, no te la juegues. Pero no solo con los equipos de LoL, sino también con los de hardware. Porque un compañero nos puede dejar en la cuneta cuando nos lanzamos a por la primera sangre, pero un tirón de FPS o un cuelgue del PC es aún más desagradable. Con los ordenadores de la gama OMEN by HP, confeccionados con el gamer y los eSports en mente, podemos estar tranquilos. No vamos a sufrir ninguno de estos inesperados y molestos cuelgues que nos hagan perder los preciados League Points (LP) y fastidiarle la partida a nuestros compis.

Solo nos tendremos que preocupar de que no haya ningún troll en nuestro equipo.

 

Pero volvamos al tema de la primera sangre, que no hemos terminado. Una cosa debemos tener clara: lo importante no es lograr la primera sangre, es no regalarla.

El primer campeón que consiga asesinar a otro se llevará una cantidad de oro para él y para su equipo que si bien no será suficiente para ganar la partida, sí que ayudará de manera notable a su línea de fases, pues podrá comprar un objeto extra, pociones de sobra o meterlo en la hucha para poder hacerse con un objeto más caro antes de lo previsto.

Así que por favor, no le pongáis la primera sangre en bandeja al contrario.

Lo cual nos lleva a la siguiente lección.

Feeders y fedeados

Feed, feeder, federo, fedeado… las acepciones son muchas, pero su uso siempre es el mismo: designar a un jugador que no deja de morir o a un otro que, gracias a este último, no deja de agregar chismes a su arsenal. Como insulto, generalmente.

Lo podríamos traducir como “engordar”, pero no es tan sonoro.

El caso es que feedear es lo peor que puede hacer un jugador en LoL. Después de pirarse de la partida y dejar tirados a los compañeros, claro.

 

Cada vez que morimos estamos regalando oro a uno o más campeones enemigos, dependiendo de cuántos se hayan juntado para enviarte a la base de una paliza. Más oro; más objetos. Más objetos; más palizas.

Siempre es mejor adoptar una postura defensiva y perder farmeo que envalentonarse y jugársela tontamente. Más vale ganar menos oro que montar una ONG en nuestra línea.

¿Y que qué es eso del farmeo? Pues es otra de las mecánicas clave del MOBA, como veremos a continuación.

La importancia del farmeo

La primera sangre y los asesinatos son una excepción más o menos frecuente en las partidas. El grueso de la ganancia de oro está en el farmeo.

Farmear consiste en matar a los súbditos (o monstruos neutrales) para ganar oro. Así de simple.

 

Cada uno de estos enemigos controlados por el ordenador dispensa una cantidad diferente de oro dependiendo de la categoría a la que pertenecen. Así pues, mientras un súbdito mago suelta 14 monedas de oro al morir, el súbdito que ataca cuerpo a cuerpo nos otorga 21 oros.

Pero farmear no solo contribuye a llenar nuestras arcas, cada súbdito proporciona también una determinada cantidad de experiencia al perecer, lo cual hace del farmeo un elemento todavía más decisivo si cabe.

Será nuestra prioridad absoluta durante las primeras fases de la partida (además de no morir), y aunque importancia decaiga a medida que transcurre la partida para ser relevado por las teamfights, en ningún momento debemos descuidarlo.

Saber farmear es el secreto (a voces) para ganar las partidas. Veamos cómo lograrlo.

Aprendiendo a farmear

A la hora de farmear hay que tener en cuenta numerosos factores. En primer lugar hay que tener claro cuán importante es el farmeo de súbditos en el campeón que hemos elegido.

Es decir, mientras que algunos asesinos como Fizz o LeBlanc pueden permitirse descuidar su recuento de CS (creep score: número de súbditos asesinados) en pos de los asesinatos, otros como Nasus dependen al 100% del oro de los minions.

 

Otros, como los supports, ni siquiera tienen que cargarse a ningún súbdito para ahorrar. Les basta con golpear a los campeones enemigos de vez en cuando y mantenerse al lado de su compañero de línea. O, si usamos el Escudo de Targon, matar a un súbdito cuando su efecto se active.

En cualquier caso y por norma general el objetivo de la fase de líneas es claro: farmear más que el rival. O igualarlo, al menos.

Pero para que los súbditos se desprendan de sus monedas habrá que darles siempre el golpe de gracia, el famoso last hit. Esto hay que dominarlo sí o sí. Con horas de entrenamiento en la herramienta de práctica si hace falta.

Surtido de súbditos

No todos los súbditos son iguales. Los hay de cuatro tipos: guerreros, magos, cañoneros y súpersúbditos.

Los dos primeros siempre sueltan la misma cantidad de oro, mientras que los otros dos escalan con el paso del tiempo. Mientras que en el minuto 2 nos dejan 60 de oro, llegado el cuarto de hora será 87 las monedas que rapiñemos de ellos. Es un incremento progresivo que se produce cada 90 segundos y que no solo afecta al oro, sino también a su daño y a su vida, y que os deberíais estudiar mirar.

Otro concepto que debemos controlar son las oleadas. Los súbditos llegan por tandas a las líneas, y lo hacen siempre de la misma manera.

 

Tres melees o guerreros, tres magos o casters. Ni uno más ni uno menos. Los cañoneros o siege se unen a la formación cada 3 oleadas durante los primeros 20 minutos de partida. A partir de aquí la frecuencia asciende y son 2 las oleadas necesarias para que aparezca un cañonero. Llegado el minuto 35, todas y cada una de las oleadas contará con un cañonero en sus filas.

Los súpersúbditos aparecen bajo una condición: que uno o más inhibidores enemigos esté inactivo. Si los tres inhibidores están apagados, serán dos estos súperminions los que lideren a sus aliados en cada línea. Si son menos, solo habrá uno.

El funcionamiento de las oleadas y el scaling de los súbditos es algo que hay dominar necesariamente si queremos equipar a nuestro campeón con un buen set de objetos. Sin el farmeo no hay oro, y sin oro no hay objetos.

Apúntate esto (si quieres vencer)

Y como queremos que te hagas rico y puedas completar todas tus builds en cada partida, vamos a listar una serie de truquillos y conceptos que quizás desconozcas y que te ayudarán a comprender todo esto del oro, el farmeo y los súbditos.

Impulsar a tus súbditos para que avancen por la línea y ataquen a la torre se llama pushear.

Lo más fácil, si no queremos fulminar a toda una oleada de golpe, es matar sólo a los hechiceros, permitiendo que el resto de tus súbditos avancen sin tu ayuda. Eso, o cargarnos a los súbditos con todo lo que tengamos. Pushear no solo puede acabar con una torre del enemigo y el oro que esta deja al caer, sino que también ejerce presión sobre el equipo contrario y obliga a nuestro contrincante en la línea a defender, lo que nos puede dejar cierto margen para echar una mano en otra calle.

 

Lo contrario de pushear es freezear. Es la estrategia por la cual intentamos que las oleadas se enfrenten siempre en el mismo lugar. Freezear, una de esas castellanizaciones con las que la RAE se tira de los pelos y que también se refiere a los cuelgues del PC o del juego. Ya sabéis, esos que no experimentamos con un OMEN de HP.

Gracias al freezeo podemos conseguir que el campeón enemigo tenga que adentrarse en un punto de la línea peligroso para seguir farmeando, por ejemplo. Para lograrlo tenemos que hacer exactamente lo contrario a lo anterior. Es decir, ni siquiera rozar a los súbditos más que para darles el último golpe.

Si te tienen arrinconado debajo de tu torre no te pongas nervioso y aprovecha sus disparos para conseguir el last hit. Un cañonazo de la torre a los magos, por ejemplo, nos deja generalmente a dos autoataques del last hit. Aprovechémoslo y démosle antes un golpecito para que nos lo deje a punto de caramelo y no lo perdamos con el siguiente evvite de la torre.

Eso sí, no olvides que perder algún que otro CS es inevitable. No se acaba el mundo.

Midiendo el timing

No te la juegues: como hemos visto, los súbditos hechiceros son los que menos oro reportan. No pasa nada por dejar pasar esas monedas si sabemos que el campeón enemigo nos va a castigar al acercarnos o puede incluso matarnos.

Esto es especialmente importante saberlo cuando jugamos con un campeón de ataques cuerpo a cuerpo y nuestro rival ataca desde lejos.

En League of Legends no existe el denying de Dota 2. Es decir, propinarle el último golpe a nuestros propios súbditos para impedir que se lleve el oro el adversario. Pero sí hay otros tipos de negación del farmeo. Atacar (o harrassear) a los campeones enemigos cuando se acercan a un súbdito para el last hit es la manera más común de lograrlo, sobre todo si vamos a rango vs. melee. Pero también podemos empujarlo hacia su torre para que la presión y la torre le hagan perder last hits.

 

Aguanta todo lo que puedas en la línea. Si tienes suficiente sustain y puedes seguir farmeando con cierta tranquilidad, no te vayas de la línea a menos que la hayas pusheado previamente con ese fin. Marcharte para comprar un objeto menor mientras el enemigo sigue en la línea hará que perdamos una cantidad importante de oro y experiencia. Mejor espérate a tener suficiente oro para comprar un objeto más contundente que te dé un power spike contundente en la línea.

Compra wards. Si hay algo que merece nuestra inversión son los wards. La visión gana partidas, estamos hartos de comprobarlo. No os preocupéis si os veis obligados a retrasar la compra de ese codiciado Filo Infinito, ya habrá tiempo para terminar la build. A veces es mejor saber si un Lee Sin enemigo nos va a sorprender con una patada en el culo, y para eso lo mejor es no dejar de comprar wards.

 

Farmear y gestionar el oro correctamente no es tarea fácil. Es quizás la disciplina de más difícil de dominar en League of Legends, pero cuando lo logramos, se nota. Y vaya si se nota.

Los hay que no se dejan ni un súbdito por el camino y a la media hora ya tienen 400 súbditos y medio en su contador. Los profesionales, por ejemplo.

Con gente como Lee «Faker» Sang-hyeok  o Jorge «Werlyb» Casanovas puedes tener la seguridad de que no van a fallar ni una.

 

Cuando hablamos de fiabilidad tenemos que hablar de OMEN by HP.

Como ya sabrás, esta gama ha sido creada por y para jugadores de la conocida marca. Y en su oferta apuestan por la versatilidad con una serie de laptops, torres y configuraciones diversas y para todos los gustos y bolsillos. Desde la torre más asequible –que aun así mueve el LoL y MOBA en su configuración Ultra– hasta bestias pardas equipadas con lo último de las GTX de NVIDIA, capaz de soportar la carga de los últimos lanzamientos a resolución 4K y de ofrecer las mejores experiencias de la increíble Realidad Virtual.