Quizá nos hemos dejado llevar algo por la emoción en el titular. Lo cierto es que no tenemos constancia de que los superpoderes existan y no te vas a convertir en Iron Man por más que juegues a ‘GTAV’. Pero ¿alguna vez has oído hablar de ese experto en ‘Guitar Hero’ que terminó convirtiéndose en un as de la guitarra real? ¿Y qué me dices de esos gamers que arrasan en ‘Gran Turismo’ y acaban pilotando bólidos en carreras reales? No tiene nada de inusual.
En este sentido, OMEN, como marca de HP especializada en productos para gamers, ha querido ir más allá de la fabricación de equipos y accesorios de calidad. Así, no solo no le han pasado desapercibidas estas características de los videojuegos que nos ayudan a sacar la mejor versión de nosotros mismos, sino que se ha propuesto potenciar el mensaje.
A través de su campaña Transcend Humanity subrayan ese desarrollo de habilidades a través del juego que nos ayudarán a ser mejores en la vida real. Es una apuesta por sus nuevos equipos OMEN, sí, aunque con un toque de humor que no nos dejará indiferentes.
Pero veamos cuáles son los juegos que más favorecen el desarrollo de unos «superpoderes» u otros.
‘Minecraft’: despierta tu creatividad
Podríamos hablar de ‘Terraria’, ‘No Man’s Sky’, ‘Astroneer’ o el infinito ‘Roblox’, pero preferimos acudir a ‘Minecraft’. Sí, es un clásico, pero la premisa no es menos cierta. ‘Minecraft’ es mucho más que viajar por un mundo despoblado descubriendo montañas llenas de oro o cuevas atestadas de peligros. ‘Minecraft’ es un juego con clara vocación educativa y social, como ha demostrado la ‘Minecraft: Education Edition‘.
También se ha constatado a través de sus partidas una enorme capacidad para potenciar el trabajo en equipo, además de ser una gran herramienta para reimaginar ciudades. ¿Cómo hubiese sido tal o cual asentamiento del Creciente Fértil? Podemos diseñar cualquier estructura, interactuar con ella e incluso ejecutar Windows 95.
Y que este enfoque no nos lleve a un juicio precipitado: entre los 126 millones de jugadores mensuales, conviven profesores, políticos y estudiantes de todas las edades.
‘Wilmot’s Warehouse’ y la memoria espacial
Hay juegos que, simple y llanamente, te ayudan a ser más hábil en el mundo real, que nos sirven para enriquecer y entrenar nuestra memoria espacial.
‘Wilmot’s Warehouse’ es un ejemplo magnífico de esto: debemos organizar más de 500 tipologías de artículos agrupados por patrones. Los desafíos fueron creados a partir de necesidades en almacenes auténticos. Nuestra percepción se agudiza al ritmo frenético que impone la partida y los elementos más ambiguos de categorizar nos ayudan a entender la lógica compleja de cualquier gran almacén.
‘FEZ’ es otro gran ejemplo que impone aprender a hablar su lenguaje, jugar bajo unas reglas en apariencia abstractas pero muy bien definidas. En ‘FEZ’ jugamos con las tres dimensiones y nuestro mundo es un plano que cambia de lado como los lados de un cubo. Pero los rompecabezas son tan enrevesados —requieren reglas de criptoanálisis numérico— que exigen tomar papel y lápiz y construir un mapa mental de cada escenario. Un reto a través del cual aprendemos a memorizar de forma tridimensional.
Gestión de equipos gracias a los MMO
De los MMO se ha escrito mucho y en clave peyorativa debido a la ingente cantidad de horas que demandan. Pero, gracias a su enfoque hacia el multijugador, también son una poderosa herramienta social.
Coordinar una gran escaramuza no es fácil, y el mazmorreo puede sacar lo mejor y lo peor de un jugador. Has de conocer las fortalezas y debilidades de tu equipo como si fuese tu familia. Se trata de potenciar habilidades que años después podrás aplicar en reuniones con equipos, en departamentos de RRHH o incluso “negociando” con nuestros hijos.
Por Reddit circulan relatos de camaradería y verdadera amistad a partir de ‘World of Warcraft’ o ‘Lineage 2’, mimada durante décadas en raids y batallas imposibles al filo de la madrugada. Y es que el vínculo que desarrollamos en el fragor de la batalla es más intenso e íntimo que cualquier otro.
Eso sí, para disfrutar de una verdadera inmersión y no acabar con los nervios de aquellos con los que convives, nuestra sugerencia pasa por que tengas cerca unos auriculares de calidad como el recientísimo modelo inalámbrico OMEN Frequency en formato diadema. Promete audio virtual 7.1 y una autonomía increíble: 30 horas.
‘Thumper’, ‘Super Hexagon’ o ‘Race the Sun’: reflejos salvajes
El simple hecho de superar algunos niveles en ‘Thumper’ o aguantar durante más de un minuto en ‘Super Hexagon’ o ‘Race the Sun’ es un claro indicativo de buenos reflejos. Hablamos de juegos, salvo el último, con principio y final, muy bien recibidos por la comunidad gracias a su aparente sencillez pero implacables mecánicas. Juegos de acción mínima, donde pulsar botones de forma ágil es solo uno de los requisitos.
‘Rainbow Six Siege’: coordinación ojo-mano
La premisa del juego es de sobra conocida: dos grupos de cinco contra cinco se enfrentan, el clásico polis y cacos. Bajo esta idea tan sencilla, el juego de Ubisoft Montreal requiere una inteligencia emocional muy superior a otros, una previsión y planificación sobre el terreno. Nos exige gestionar la ansiedad y templar los nervios, mientras todo el mundo corre a máxima velocidad en espacios cerrados intentando hacer el menor ruido posible.
Eso sí, para poder jugarlo en condiciones necesitamos una gráfica similar a la GeForce GTX 460. Nuestra recomendación es mucho más atractiva: la GTX 1660 Ti con 6 GB de GDDR6 o la RTX 2070 Max-Q con 8 GB de GDDR6 que puedes elegir en el nuevo OMEN 15.
Ahora traslada estos cientos de clics a tu teclado y ratón —no en vano recomendamos un teclado y ratón profesional, te evitará disgustos innecesarios y garantizará un puñado de victorias—. La plasticidad del cerebro se encargará del resto. Un frenesí estratégico que ha convertido esta pequeña joya en uno de los eSports más populares de todos los tiempos.
‘The Witness’: el pensamiento analítico
El creador de Braid construyó un juego que se piensa, se siente y vive como un puzle gigantesco. Entrar en la mente de Jonathan Blow es entrar en un universo de enigmas y laberintos perversos, con ejercicios auditivos y visuales que nos ayudan a entender tonos y formas desde nuevas perspectivas.
Pese a la falta de especificidad, existe una probada correlación entre nuestra eficiencia y estos juegos de rendimiento cognitivo. ‘The Witness’ es la plasmación de este hecho. Jugándolo sentirás una especie de «efecto Tetris», verás rompecabezas por todos lados y, tras varias partidas, vendrá a tu mente una frase: “este juego me hizo más listo”.
Desbloqueando el siguiente nivel
Frente a personas no jugadoras, el 64 % de los jugadores tiene mejor memoria, el 67 % mejor concentración y atención a pequeños detalles, mientras que el 80 % posee mejor capacidad resolutiva ante a un problema. Estas son cifras que recoge OMEN, como parte del movimiento Transcend Humanity.
Durante años, OMEN ha prestado atención a esos cambios sociales y ahora traslada este movimiento a sus equipos portátiles, renovando su sello de identidad. Son buques de verdadera potencia, pero sin descuidar los detalles estéticos y conceptuales. Porque si la experiencia de juego no se corresponde con lo que ofrecen los propios juegos, el impacto positivo es menor y los resultados se verán mermados.
No obstante, para aquellos jugadores más exigentes que les gusta tener lo mejor de lo mejor y actualizar componentes si se tercia, nuestra recomendación es apostar por una torre como el OMEN de 25L, con 25 litros de capacidad como bien indica su nombre. A través de un PC, puedes centralizar tus sesiones de juego, optimizar tus partidas y disfrutar de espacio más que suficiente para instalar un Intel Core i7-10700, 16 GB (DDR4,2 DIMM) HyperX Fury, una gráfica NVIDIA GeForce RTX 2060 Super con 8 GB GDDR6 de memoria dedicada, y hasta un doble disco de 512 GB SSD NVME más 1 TB HDD a 7.200 rpm.